La discriminación por razón de género continúa siendo un hecho vigente en nuestro tiempo, manifestándose también en el ámbito de las relaciones laborales, particularmente en lo que se refiere a la retribución percibida por las trabajadoras, constituyendo lo que se ha denominado “brecha salarial”, es decir, la percepción de un salario menor, en términos comparativos, por el mero hecho de ser mujer. La toma de conciencia acerca de este fenómeno ha sido resultado de una evolución que ha culminado, tanto en el ámbito estatal como en el comunitario e internacional, con una amplia producción normativa que busca fijar las bases para combatir este fenómeno. Junto a las normas jurídicamente vinculantes se han desplegado otros instrumentos que, de forma auxiliar, coadyuvan en esta tarea. No obstante, para afrontar de forma correcta la lucha contra la discriminación salarial, es imprescindible determinar sus causas y detectar sus principales manifestaciones. De ahí el interés de referirse no sólo a la discriminación directa y más evidente, sino también a la indirecta y oculta, para cuya revelación cobra importancia el análisis estadístico de los datos de ocupación, remuneración y semejantes, que tienen en cuenta la variable del sexo y que permiten efectuar el análisis comparativo entre hombres y mujeres necesario para apreciar la discriminación estructural. De este modo, mediante el análisis del fenómeno en toda su extensión, será posible también esbozar las principales herramientas de utilidad para avanzar en la detección y eliminación de esta forma concreta de desigualdad, tanto en el ámbito de la propia empresa y de los Recursos Humanos como desde los poderes públicos y el Estado.
