dc.description.abstract | A lo largo de los siglos, el tráfico marítimo establecido entre puertos de importancia mercantil ha guiado a los buques a través de inhóspitas rutas. Las características y peligros del medio inherente a esta actividad, han obligado a las embarcaciones a emprender largos viajes a través de zonas marítimas de extensiones enormes y a menudo en solitario. Esta conjunción convierte a los navíos en una presa fácil. Si bien, históricamente, la piratería ha sido una constante, podemos identificar momentos en los que su práctica ha sido más habitual. Por un lado, se pueden identificar corredores claramente establecidos, que atraviesan zonas de escasa o nula vigilancia, por otro, se destaca un grupo situado en una posición privilegiada para aprovechar tal situación de indefensión de los barcos civiles en la mar. El propio carácter circunstancial, que la mayor parte de las veces termina por decidir la materialización de un ataque, dificulta en gran medida la planificación de medidas que coarten las intenciones delictivas una vez ya han comenzado. Se desvela de esta manera el concepto clave en la lucha contra la piratería: la prevención. | es_ES |