En el contexto del gran aumento de la prevalencia de obesidad en el mundo es fundamental entender como se regula el peso corporal. El ser humano es un organismo capaz de absorber energía en forma de alimentos, almacenarla, y por último, capaz de utilizarla cuando lo requiere. El almacenamiento conlleva un aumento de peso, y la utilización, una disminución del mismo (ya sea a través de la actividad física, del metabolismo basal o del efecto termogénico de los alimentos). En términos generales, el individuo estándar mantiene su peso corporal dentro de un margen estrecho que sugiere una regulación homeostática a largo plazo. Existe también una regulación a corto plazo que condiciona la ingestión de comida de forma inmediata, pero que los estudios han demostrado que por si sola tan solo afecta al tamaño de las comidas, pero no influye directamente sobre el peso corporal. Únicamente cuando se sobrepasa la capacidad reguladora del balance energético se producirá obesidad o pérdidad de peso. En esta revisión se repasan algunas de las vías a través de las cuales nuestro organismo trata de equilibrar su peso. Se circunscribe después a los mediadores fisiológicos, en concreto a la ghrelina, hormona descubierta recientemente con grandes implicaciones en la regulación del peso, analizándose su estructura, distribución, acciones, regulación, y relación con desórdenes alimenticios.
