Determinantes socioeconómicos de la tasa de suicidio en España: un análisis regional para el periodo 2005-2022

Abstract

This Final Degree Project examines the relationship between different structural factors and suicide rates in Spain, using panel data from all 17 autonomous communities for the 2005-2022 period. Through a quantitative approach, the study assesses the influence of economic, demographic, sociopolitical, cultural and environmental variables on suicide rates, both overall and disaggregated by gender. The results indicate that unemployment and inequality are positively and significantly associated with suicide rates, while poverty risk shows an unexpected negative relationship. Educational attainment is positively linked to suicide among women, suggesting a possible gap between expectations and real opportunities. Public health expenditure does not show the anticipated protective effect, possibly due to inefficient allocation or reactive spending. The Mediterranean dummy also shows a positive but statistically insignificant relationship in the more robust models. These findings highlight the importance of designing public policies that address suicide from a multidimensional perspective, integrating not only mental health interventions but also broader social and economic measures. The results also point to the relevance of incorporating a gender-sensitive approach in the analysis and implementation of prevention strategies

Este Trabajo de Fin de Grado analiza la relación entre diversos factores estructurales y las tasas de Suicidio en España, utilizando datos de panel para las 17 comunidades autónomas entre los años 2005 y 2022. A través de un enfoque cuantitativo, se examina el impacto de variables de carácter económico, demográfico, sociopolítico, cultural y ambiental sobre las tasas de suicidio, tanto en la población general como desagregadas por género. Los resultados muestran que el desempleo y la desigualdad tienen una relación positiva y significativa con la tasa de suicidio, mientras que el riesgo de pobreza presenta una relación negativa inesperada. El nivel educativo se asocia positivamente con la tasa de suicidio en mujeres, sugiriendo una posible brecha entre expectativas y oportunidades reales. Por su parte, el gasto sanitario público no muestra el efecto protector previsto por la literatura, lo que puede deberse a asignaciones ineficientes o efectos reactivos. Además, la variable mediterránea muestra una relación positiva, aunque sin significación estadística en los modelos más robustos. Los hallazgos subrayan la necesidad de políticas públicas que aborden el suicidio desde una perspectiva multidimensional, integrando no solo intervenciones en salud mental, sino también medidas sociales y económicas. Asimismo, se evidencia la importancia de incorporar una perspectiva de género en el análisis y diseño de estrategias de prevención