Cuidado enfermero sin discriminación

Abstract

La discapacidad ha sido una constante en la historia de la humanidad y el tratamiento, al que han sido sometidos, ha estado marcado por una multitud de factores, entre los que se incluyen la situación política, cultural, económica y geográfica propia de cada sociedad. A pesar de que con el tiempo se ha logrado establecer normativas que protejan y promuevan sus derechos, además de asegurar la calidad en la atención sanitaria, continúa habiendo déficits en la atención que reciben. Por este motivo, centrándonos en el ámbito de la salud y más concretamente, en la disciplina enfermera, se puede argumentar que al existir carencias en la preparación académica se generan una serie de barreras para el trato hacia este colectivo. Por todo ello, es importante y muy necesario implementar planes que aseguren una formación académica y práctica más rigurosa, basándonos al aumento exponencial de casos de personas con discapacidad intelectual y trastornos del neurodesarrollo y más específicamente los diagnosticados con trastorno del espectro autista (TEA). Esta realidad subraya la importancia de avanzar en una formación y práctica profesional que pueda asegurar los estándares de cuidados requeridos.

Disability has always been present throughout human history and the way disabled people have been treated varies depending on the specific factors of each society in terms of political, cultural, economic and geographical context. Although, over time, regulatory framework has gradually been established to protect and promote their rights and to ensure quality in healthcare services, there are still many deficiencies in the care they receive. This is the why we can say that the due to shortcomings during the academic training in the health area and, more specifically, in nursing, generates inadequate care for this group. Therefore, it is both important and necessary to implement academic programs that ensure academic and practical training with a deep knowledge in this field based on the exponential increase in the number of newly diagnosed people with intellectual disabilities and neurodevelopmental disorders, particularly those with Autism Spectrum Disorder (ASD). This situation emphasizes the need to continue improving professional academic and practice training to achieve the required standards of care.