Agotamiento silencioso en profesionales de enfermería: una revisión bibliográfica actualizada sobre el síndrome de burnout

Abstract

El síndrome de burnout es un problema crónico de salud pública. Dentro de su contexto histórico, se encuentran diversas definiciones, siendo Herbert J. Freudenberger el pionero que afianzó el término. Posteriormente, se destacan modelos explicativos como el de Christina Maslach, quien identifica los factores principales, y sobre los que se van a basar la mayoría de los instrumentos de evaluación, como el Maslach Burnout Inventory (MBI). A pesar de su reconocimiento, hay otras herramientas igualmente válidas, que suplen sus limitaciones, aportando nuevos enfoques. Estos, permiten entre otras cosas, conocer la prevalencia en enfermería, datos alarmantes, especialmente tras la pandemia del COVID-19. En cuanto al desarrollo del síndrome, se identifican factores de riesgo sociolaborales y personales, junto a sus respectivas consecuencias, que incluyen el impacto en la calidad asistencial. El burnout es un fenómeno complejo y multifactorial que precisa la coordinación institucional para proteger la salud mental y física del personal sanitario, las estrategias propuestas se centran en una perspectiva integral, mediante el trabajo en la prevención.

Burnout syndrome is a chronic public health issue. Within its historical context, various definitions can be found, with Herbert J. Freudenberger being the pioneer who consolidated the term. Later, explanatory models such as that of Christina Maslach are highlighted, who identifies the main factors, which are the basis for most assessment tools, such as the Maslach Burnout Inventory (MBI). Despite its recognition, there are other equally valid tools that address its limitations, providing new approaches. These tools, among other things, help to understand the prevalence of burnout in nursing, alarming data, especially after the COVID-19 pandemic. Regarding the development of the syndrome, socio-occupational and personal risk factors are identified, along with their respective consequences, including the impact on the quality of care. Burnout is a complex and multifactorial phenomenon that requires institutional coordination to protect the mental and physical health of healthcare workers. The proposed strategies focus on an integral approach, working on prevention.