Uso de técnicas de mindfulness para reducir la ansiedad en mujeres con cáncer de mama

Abstract

El presente trabajo lleva a cabo un análisis sobre las intervenciones basadas en el mindfulness aplicado en la reducción de la ansiedad y la mejora de la calidad de vida en mujeres cuyo diagnostico se centra en el cáncer de mama. Esta patología (vista como la más prevalente en mujeres globalmente) da lugar a significativas repercusiones tanto físicas como psicológicas, siendo la ansiedad una de las condiciones más frecuentes y perjudiciales. El mindfulness, como práctica nacida de tradiciones orientales y adaptada al contexto clínico, engloba a su vez técnicas como la Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (MBSR) y la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT), de las cuales se ha evidenciado la obtención de resultados positivos sobre el estrés, el sueño y el fortalecimiento de la resiliencia emocional. Los datos revisados evidencian la efectividad de un programa de al menos ocho semanas. Del mismo modo, se indica que las mujeres de menor edad constan de una tendencia mayor al beneficio de una forma notable. El mindfulness es una herramienta con efectividad y complementaria a los tratamientos disponibles, considerando que su implementación debe acompañarse de las adaptaciones especificas correspondientes de las pacientes.

This study examines the effectiveness of mindfulness-based interventions in reducing anxiety and improving the quality of life of women diagnosed with breast cancer. As the most prevalent malignancy among women worldwide, breast cancer has significant physical and psychological consequences, with anxiety being one of the most common and debilitating conditions. Mindfulness, rooted in Eastern traditions and adapted to clinical settings, encompasses techniques such as Mindfulness-Based Stress Reduction (MBSR) and Mindfulness-Based Cognitive Therapy (MBCT). These approaches have shown substantial benefits in reducing stress, improving sleep, and enhancing emotional resilience. Reviewed evidence suggests that a program of at least eight weeks is necessary to achieve meaningful outcomes. Furthermore, younger women appear to derive greater benefits from these interventions. In conclusion, mindfulness emerges as an effective and complementary tool to conventional treatments, though its implementation requires specific adaptations to the demographic and cultural characteristics of patients.