La microbiota intestinal en el dolor crónico

Abstract

El dolor crónico se considera una enfermedad altamente incapacitante, se define como aquel que tiene lugar de forma continua (durante más de cuatro días a la semana) y persiste durante al menos tres meses. Este tipo de dolor presenta un carácter multifactorial, estando influenciado por factores biológicos, psicológicos y sociales. Estudios recientes apuntan de una forma cada vez más clara hacia la existencia de una relación entre dolor crónico y microbioma intestinal. Los datos emergentes de estudios preclínicos y clínicos sugieren que la microbiota intestinal podría ser el factor de sensibilización central del dolor crónico al regular la microglía, los astrocitos y las células inmunitarias. Todo ello mediado por la comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y el sistema nervioso central a través del ‘eje intestino-cerebro’. Así, en los últimos años se están realizando numerosos estudios sobre la implicación de la microbiota en la prevención y curación de enfermedades. Hasta la fecha, esta relación entre el dolor crónico y la microbiota intestinal solamente se ha estudiado en el síndrome de intestino irritable, la fibromialgia, la osteoartritis y el dolor pélvico crónico.

Chronic pain is considered a highly disabling condition, defined as pain that occurs continuously (for more than four days a week) and persists for at least three months. This type of pain has a multifactorial character, being influenced by biological, psychological and social factors. Recent studies point to the existence of an association between chronic pain and the gut microbiome. Emerging data from preclinical and clinical studies suggest that the gut microbiota could be the central sensitization factor of chronic pain by regulating microglia, astrocytes, and immune cells. All of this is mediated by bidirectional communication between the gut microbiota and the central nervous system through the 'gut-brain axis'. Thus, in recent years, numerous studies have been carried out on the involvement of the microbiota in the prevention and cure of diseases. To date, this association between chronic pain and gut microbiota has only been studied in irritable bowel syndrome, fibromyalgia, osteoarthritis and chronic pelvic pain.