Las emociones influyen en todas las decisiones que toman los seres humanos, por lo que educar la Inteligencia Emocional desde la primera infancia capacitará a los niños a saber, reconocer, manejar y orientar sus emociones, así como conocer y entender las de los demás. Por esta razón, el presente trabajo tiene la finalidad de profundizar en el concepto de Inteligencia Emocional, destacar la importancia de la Educación Emocional en Educación Infantil, así como plantear un programa de Educación Emocional dirigido a los niños de cinco años. Dicha propuesta se enmarca dentro del uso del juego como base metodológica y, al mismo tiempo, se hace fundamental la inclusión de las familias en el aula. Para la evaluación del programa se ha optado tanto por una evaluación formativa como sumativa, la cual esta última está formada por la evaluación de los niños, de la propia propuesta de intervención, así como de la práctica docente. Se ha llegado a la conclusión de que, por un lado, la Inteligencia Emocional es fundamental para que los seres humanos alcancen el bienestar; por otro lado, educar las emociones no solo se puede hacer desde el ámbito familiar, sino también en el contexto educativo mediante un proceso continuo y permanente; y, por último, las emociones son necesarias educarlas desde edades tempranas.
Emotions influence all decisions made by human beings, so educating Emotional Intelligence from early childhood will enable children to know, recognize, manage and guide their emotions, as well as to know and understand those of others. For this reason, this paper aims to deepen in the concept of Emotional Intelligence, to highlight the importance of Emotional Education in Early Childhood Education, as well as to propose an Emotional Education programme aimed at five-year-old children. This proposal is framed within the use of game as a methodological basis and, at the same time, the inclusion of families in the classroom is fundamental. For the evaluation of the programme, we have opted for both a formative and summative evaluation, the latter consisting on the evaluation of the children, of the intervention proposal itself, as well as the teaching practice. It has been concluded that, on the one hand, Emotional Intelligence is fundamental for human beings to achieve wellbeing. On the other hand, educating emotions can be done not only in the family environment but also in the educational context through a continuous and permanent process and finally, it is necessary to educate emotions from an early age.
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