RESUMEN :
El alcohol es una molécula depresora del sistema nervioso central con usos
recreativos o para-médicos que está presente en la mayor parte de las
sociedades humanas.
Su consumo se ha identificado como uno de los principales determinantes de
las Enfermedades No Transmisibles (ENT), especialmente en relación con el
cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las hepáticas. Además, es causa
lesiones al propio consumidor y a terceros (a través de accidentes de tráfico y
actuaciones violentas, etc.), ocasiona daños al feto en caso del consumo en
embarazadas y, puede generar un trastorno adictivo limitante.
Pese a ser una importante causa de discapacidad, enfermedad y fallecimientos
a nivel global, su consumo está aceptado y normalizado socialmente en la
mayor parte de los países.
Al igual que ocurre con otros determinantes comerciales de la salud, el
consumo de alcohol y sus consecuencias pueden ser abordados a nivel
poblacional mediante intervenciones de salud pública relacionadas con la
disponibilidad, la regulación del marketing, el aumento del precio, etc.
La presente revisión explica los planes, iniciativas y objetivos que la OMS ha
ido planteando en su lucha contra el daño producido por el alcohol a nivel de
salud pública, comenta el conflicto de intereses que supone el control del
alcohol para la industria del alcohol y cómo esta procura interferir en las
políticas que atacan su modelo de negocio.
En relación con lo anterior, y con una relativa ausencia de resultados de las
medidas más suaves empleadas por la OMS, se discute la posibilidad de que
se realice un enfoque mediante un Convenio Marco para el Control del Alcohol,
tal y como se realizó en 2003 con el Convenio Marco para el Control del
Tabaco.
ABSTRACT :
Alcohol is a central nervous system depressant molecule with recreational or
para-medical uses that is present in most human societies.
Its consumption has been identified as one of the main determinants of Non Communicable Diseases (NCD), especially in relation to cancer, cardiovascular
and liver diseases. In addition, it causes injuries to the consumer himself and to
third parties (through traffic accidents, violent actions, etc.), it causes damage to
the fetus in the case of consumption in pregnant women, and it may lead to a
limiting addictive disorder.
Despite being a major cause of disability, illness and death globally, its
consumption is socially accepted and normalized in most countries.
As it happens with other commercial determinants of health, alcohol
consumption and its consequences can be addressed at the population level
through public health interventions related to availability, marketing regulation,
price increases, etc.
This review explains the plans, initiatives and objectives that the WHO has
proposed in its fight against the harm caused by alcohol at the public health
level, and tries to show the conflict of interests that alcohol control measures
entails for the alcohol industry and how it seeks to interfere those policies that
attack its business model.
In relation to the above, and with a relative absence of results of the milder
measures used by the WHO, the possibility of carrying out an approach through
a Framework Convention on Alcohol Control is discussed, as it was done with
tobacco in 2003 through the Framework Convention on Tobacco Control.
