Debido a las necesidades energéticas presentes en el buque y en la sociedad, ya sea desde la producción, transporte y consumo de la misma, se plantea la necesidad de que todo este conjunto satisfaga los más rigurosos controles de calidad y seguridad para los usuarios, pero a su vez que todo ello se encuentre perfectamente dimensionado, para que exista un equilibrio entre esa seguridad y el costo de los equipos. A partir de los planos, se obtuvo las dimensiones de las cámaras y, con estos datos y el del número de tripulantes y personas enfermas que puede alojar el buque durante su duración máxima de autonomía, se calculó la cantidad de comida necesaria para satisfacer sus necesidades. Esta distribución se ha llevado a cabo, bajo el Real Decreto 168/1985, que dicta las incompatibilidades de almacenamiento simultáneo de productos.
