RESUMEN A lo largo del presente trabajo trataremos de arrojar luz sobre un fenómeno mal conocido en su conjunto como es la corrupción y las malas prácticas de las élites religiosas en el mundo tardoantiguo. Enfocaremos el tema en una diacronía −la época tardoantigua o, según algunos autores, la Alta Edad Media− caracterizado la corrupción y la, un periodo conocido por la pérdida de poder de los emperadores y la patrimonialización de los cargos civiles, pero también de los cargos eclesiásticos.
Para ello comenzamos analizando el contexto político y eclesiástico en el que nos situaremos: aproximadamente entre los años 325 (I Concilio de Nicea) y el 553 (II Concilio de Constantinopla). Después veremos las prerrogativas que, en su época, se esperaban de un obispo y sus funciones al frente de una diócesis. Luego analizaremos la violencia y la corrupción religiosa que ejercen o inducen estas élites, primero a través de ejemplos y más tarde analizando el fenómeno en su conjunto. Por último, estableceremos unas conclusiones que, muy probablemente, modificarán nuestra visión del periodo y nos llevarán a replantearnos el papel de las jerarquías religiosas en esta época de cambios convulsos.
ABSTRACT Along the present work, we will try to shed light on a phenomenon badly-known as it is the corruption and the bad practices of the religious elites in the Late Ancient world. We will focus on corruption in Late Antiquity, a period known for the loss of power of the emperors and the patrimonialization of civil offices, but also of the ecclesiastic charges.
We begin it treating the political and ecclesiastical context of the time in which we will situate: approximately between the years 325 (First Council of Nicaea) and 553 (Second Council of Constantinople). Later, we will analyse the characteristics that, in his time, were expected of a bishop and his functions at the head of a diocese. Then, we will investigate religious violence and corruption which these elites exercise or induce, first through examples and later, studying the phenomenon as a whole. Finally, we will draw conclusions that, very likely, will change our view of the period and will lead us to rethink the role of religious leaders in these years of convulsive changes.
