Métodos de tratamiento en pacientes con calcifilaxis que presentan heridas

Abstract

El presente Trabajo fin de máster, tiene como objetivo describir factores de riesgo que intervienen en la evolución de la calcifilaxis y su tratamiento, identificando distintos tratamientos utilizados en pacientes con calcifilaxis que desarrollan una herida crónica profundizando en la utilización de larvas quirúrgicas, oxigenoterapia hiperbárica, y terapia de presión negativa como tratamientos coadyuvantes. Para ello, se utiliza la metodología Scoping Review para tratar de sintetizar el conocimiento científico y la evidencia respecto al estado del arte de la investigación sobre la calcifilaxis, que nos permita llevar a cabo el estudio completo para determinar el alcance que tiene el conocimiento en este campo. Se llevó a cabo una búsqueda en las principales bases de datos (PubMed, CuidenPlus, embase) y revistas médicas, de nefrología y dermatología principalmente. Se descartaron artículos publicados en diferentes idiomas al inglés y al español, y se utilizaron como palabras clave calcifilaxis, Arteriolopatía urémica calcificante, Tiosulfato sódico, oxigenoterapia hiperbárica, tanto en inglés como en español. Los resultados nos indican que la calcifilaxis es una patología con una baja incidencia (menor al 5%), pero con una gran tasa de mortalidad (60-80%) (1). Del mismo modo, se puede observar que la calcifilaxis es una calcificación de arteriolas (2), que se manifiesta en un primer momento con lesiones violáceas muy dolorosas que evolucionan a tejido necrótico (1). Estas heridas se convierten en úlceras complejas con gran riesgo de infección y sepsis, siendo esta última la principal causa de mortalidad (1). Varios estudios identifican como factores principales de riesgo el sexo femenino, la enfermedad renal crónica, la diabetes, la obesidad, alteración de valores bioquímicos, así como ciertos tratamientos (2). Se puede concluir que dado que la calcifilaxis es una enfermedad con una escasa incidencia, no hay demasiados estudios recientes al respecto, aunque sí que hay estudios previos al 2012 que revelan datos importantes sobre diferentes tipos de tratamiento. Por otra parte, también se observan resultados positivos en la utilización del tiosulfato sódico. Así mismo, se consigue mejorar las lesiones, y con ello la calidad de vida de los pacientes mediante el uso de tratamientos coadyudantes, como son la terapia larval, la oxigenoterapia hiperbárica, o la terapia de presión negativa. Finalmente, dado que es una patología con una alta tasa de mortalidad, debería ser prioritario seguir investigando, en primer lugar, acerca de la etiopatogénesis, para así poder enfocar mejor las medidas preventivas necesarias para evitar que se produzca o que evolucione.