© Blanca Romano Fernández
La demencia está aumentando su incidencia considerablemente en los últimos años debiéndose este hecho, en buena parte, al incremento de la esperanza de vida, siendo la enfermedad de Alzheimer (EA) la más prevalente, representando un 60-70% del total de los casos de demencias. La EA es una enfermedad neurodegenerativa de evolución progresiva, continua y lenta que no provoca sufrimiento solo a aquellos que la padecen sino también a los que les rodean y a la sociedad en su conjunto, alterando su vida cotidiana prácticamente en su totalidad. En la actualidad se desconoce la etiología de la EA presentando un carácter multifactorial siendo la edad un factor de riesgo indiscutible. En nuestro país son las familias quienes en la mayoría de los casos cuidan de sus familiares enfermos, siendo el perfil de los cuidadores principales (cuidados informales) el de una mujer de entre 40-55 años. En este contexto de atención continua se puede provocar la sobrecarga del cuidador y/o síndrome de burn-out. Por lo tanto, nuestro papel como profesionales enfermeros es realizar el cuidado de los pacientes y sus familias de manera integral y continuada siendo una de las piezas fundamentales del equipo interdisciplinar que presta atención sanitaria.
